El brote de ébola que devasta África Occidental hace estragos entre los profesionales sanitarios
El brote de ébola que ha matado ya a 672 personas en África Occidental está causando estragos entre los profesionales sanitarios que lo combaten.
Los trabajadores sanitarios tienen que hacer frente a "su propio miedo en esta epidemia, un miedo muy normal ya que son la primera línea de combate", cree Peter Piot, director de la Escuela de Higiene y Enfermedades Tropicales de Londres y codescubridor del virus en 1976.
"Muy a menudo carecen de los recursos necesarios, ven a sus colegas morir, así que no me sorprende que haya algunos hospitales prácticamente abandonados", ha admitido a AFP. "Algunas enfermeras se han puesto en huelga porque no tienen el equipamiento básico necesario para protegerse ellas mismas del contagio", asegura.
"Los trabajadores sanitarios están cansados", ha reconocido Jean-Claude Manuguerra, un profesor del Instituto Pasteur de Paris que ha pasado dos semanas en el hospital Donka de Conakry, capital de Guinea y centro del brote de ébola actual. "Es difícil reclutar a la gente a la gente en los centros. Algunos no están localizables y hay otros factores, como la fatiga y el miedo".
Tratar a pacientes de ébola significa llevar un traje que cubre el cuerpo por completo en pleno calor tropical y en clínicas sin aire acondicionado. Guantes, máscara y gafas que luego revisa un compañero para asegurarse de que no hay piel expuesta. "Lo aguantas un máximo de 40 minutos, después de tienen que relevar", asegura Brigitte Vasset, de Médicos Sin Fronteras (MSF).
Los que viajan a comunidades aisladas en busca de aquellos que han estado en contacto con portadores del virus o tratan de educar a la población sobre sus riesgos, reciben ataques y hostilidad, pues muchos creen que ellos mismos llevan la enfermedad. "Y luego hay zonas a las que no tenemos acceso y en las que no tenemos ni idea de qué está pasando", lamenta Mariano Lugli, coordinador de MSF en Guinea.
Los funcionarios de salud de Liberia han comunicado que la unidad de aislamiento para las víctimas del ébola del hospital Monrovia, en la capital del país, está colapsada y que los sanitarios se han visto obligados a atender a 20 pacientes en sus casas.
También en Sierra Leona tienen problemas. Benjamin Black, un doctor británico voluntario, ha asegurado al diario Metro que el personal sanitario está desbordado. "El principal desafío aquí es que las autoridades sanitarios no tienen la infraestructura necesaria para hacer frente a la situación", ha explicado.
Se cree que el ébola lo portan animales de presa, especialmente los murciélagos. Se contagia entre humanos por medio de fluidos corporales y puede llegar a matar al 90% de los infectados, aunque este brote tiene una mortalidad cercana al 60%.
LOS PAÍSES DESARROLLADOS, EN RETIRADA
El Cuerpo de Paz de Estados Unidos ha anunciado su decisión de evacuar a 340 de sus voluntarios de Liberia, Sierra Leona y Guinea a causa de la epidemia. Dos de ellos han sido aislados tras entrar en contacto con un paciente que murió infectado por el virus.
La organización de ayuda humanitaria Samaritan's Purse, en la que trabajaba el doctor estadounidense infectado, Kent Brantly, ha retirado a todo su personal no esencial de Liberia alegando que hay "inestabilidad y continuos problemas de inseguridad".
Brantly y la voluntaria Nancy Writebol continúan con un pronóstico grave pese a haber mostrado una ligera mejoría. Ken Isaacs, vicepresidente de Samaritan's Purse, ha revelado a la CNN que creen que ambos enfermos se contagiaron en la zona de desinfección, ya que uno de los trabajadores del centro entró en él ya infectado.
Hong Kong ha anunciado que pondrá en cuarentena a cualquier sospechoso de portar la enfermedad, después de someter a pruebas a una mujer que volvió al país tras visitar la zona afectada por la epidemia. No se encontraron rastros del ébola en su organismo ni tampoco en los de un ciudadano británico al que Reino Unido sometió al mismo procedimiento.
El comité de emergencias británico ha decidido que la mejor forma de combatir el virus es derrotarlo en la raíz, el oeste de África. Es la primera vez que el ébola afecta a esta zona del continente, y por ahora se han dado casos en cuatro países, Nigeria, Liberia, Sierra Leona y Guinea.
LOS PAÍSES AFECTADOS PIDEN AYUDA
El presidente de Sierra Leona, Ernest Bai Koroma, ha anunciado este jueves que el brote de ébola es "una emergencia de salud pública" y ha cancelado el viaje que tenía previsto hacer a Washington para asistir a la cumbre panafricana de la próxima semana.
El mandatario ha dicho que se impondrá una cuarentena en las zonas donde se han detectado los epicentros del virus y ha ordenado a las fuerzas de seguridad que garanticen el cumplimiento de estas medidas de protección sanitaria.
El ministro de Información de Liberia, Lewis Brown, ha pedido ayuda a la comunidad internacional. "Necesitamos desesperadamente toda la ayuda que se nos pueda ofrecer". El Gobierno ha cerrado el Ministerio de Educación tras la muerte de uno de sus funcionarios, ha ordenado cerrar todas las escuelas del país hasta nueva orden y ha decretado un "descanso obligatorio" de 30 días para todos los trabajadores públicos "no esenciales", con el objetivo de contener el ébola.
La presidenta de Liberia, Ellen Johnson Sirleaf, ha justificado estas medidas en la necesidad de frenar la extensión de la fiebre hemorrágica, que se ha cobrado 129 vidas en su país y 672 en todo África Occidental. El Ejecutivo ha declarado el 1 de agosto día no laborable, que se utilizará para desinfectar todas las instalaciones públicas.
En las zonas fronterizas, todos los mercados serán cerrados "hasta nuevo aviso" y algunas comunidades podrían ser puestas en cuarentena. El Ministerio de Salud está estudiando la cremación de todas las víctimas del virus para evitar la manipulación de los muertos y la contaminación de las fuentes de agua.
El Ejecutivo ha instado a mejorar las condiciones sanitarias de videoclubes y lugares de entretenimiento, donde deberá ser posible lavarse las manos antes de entrar y salir. El Gobierno ha advertido de que el aumento de los precios de los productos sanitarios se considerará "un delito contra el pueblo de Liberia". El cloro, el jabón, los desinfectantes y cubos deberán ser importados "libres de impuestos".