Vivian Maier: Los misterios de la pionera de la fotografía callejera (FOTOS)
Artistas cono Van Gogh o Kafka lucharon por que su obra se reconociera y no lo lograron hasta después de su muerte. El caso de la misteriosa Vivian Maier es exactamente el opuesto. Esta niñera que trabajó en Estados Unidos desde mediados de los 50 hasta finales del siglo XX era en realidad autora de una colección de imágenes que hacen de ella una pionera en el género de la fotografía callejera.
Ahora se muestran en galerías de todo el mundo, algo que jamás hubieran imaginado los que la conocieron. Sus imágenes de técnica hábil y certera psicología captan grandes verdades de la soiedad de la época a partir de un indisimulado gusto por lo excéntrico. “Ella no hubiera querido este reconocimiento. Jamás hubiera deseado que algo así ocurriera”, asegura una de las mujeres que la contrató.
La culpa de todo la tiene John Maloof, escritor en ciernes que en 2007 buscaba imágenes con las que ilustrar su primer ensayo. Acudió a una subasta pública y se hizo con los negativos de una fotógrafa aficionada. De inmediato quiso contrastar la calidad que él veía en esas fotos y colgó algunas de ellas en Flickr. La reacción de los internautas fue atronadora, así que decidió investigar algo más sobre Vivian Maier.
Lo que encontró fue una persona llena de secretos y contradicciones: coleccionista compulsiva, solitaria, protectora de su vida privada y de aspecto casi soviético, pero también una mujer cultivada y cariñosa y maternal con muchos de los niños que cuidaba y con los que convivía. Con una vieja Rolleiflex describió el mundo tal y como lo veía. Su cuerpo de trabajo está compuesto por más de 150.000 imágenes, además de grabaciones de vídeo y de audio en las que demostraba entender al ser humano y una vocación periodística que nunca desarrolló en total plenitud. ¿Por qué no quiso mostrarse al mundo?
En estos años Maloof no solo ha logrado que se reconozca el legado artístico de esta pionera oculta, también ha reconstruido su vida a través de los niños a los que cuidó para el documental Finding Vivian Maier, que proyecta estos días el Festival de Cine de Berlín y que ha dirigido junto al cineasta Charlie Siskel. Una madre de origen francés también aficionada a la fotografía, un padre ausente de forma prematura y que casi con toda seguridad abusó físicamente de ella y una carta con la que buscaba que sus obras se imprimieran en un remoto pueblo de los Alpes franceses descifran parte de su críptica personalidad y confirman que sí deseaba que su obra fuera vista, consciente de la calidad de sus trabajos. Simplemente no quería que la exposición de sus fotografías afectara a su vida diaria, algo que, varios años después de su muerte, ya no puede ocurrir.