¿Por qué somos infieles? España, a la cabeza de la infidelidad en Europa
El amor es un "pelotazo" que dura 900 días de media. Durante los primeros cien se activa una región del cerebro que genera hiperactividad: toda la energía se focaliza en la pareja y no existe nada más. A los 300 días ese fogonazo de pasión pierde llama y a los 900 se apaga. Nuestro cerebro no está programado para la monogamia.
Esta no es una historia de amor frustrado, sino la explicación que Raúl Espert, profesor titular del departamento de Psicobiología de la Universidad de Valencia, ofrece sobre la infidelidad, una conducta que coloca a los españoles a la cabeza de Europa, según los datos de la red social para infieles Ashley Madison.
El perfil medio de los usuarios es de 42 años en el caso de los hombres y de 35 en el de las mujeres. Los hombres que usan esta red en busca de aventuras son casados (88%), altos directivos (11%) y empresarios (13%). Respecto a las mujeres, el 67% están casadas, el 19% son amas de casa y el 14% ocupan cargos de administración de empresas. Ellas tienen una media de 1,4 amantes por año y ellos de 2,4, según la compañía, que cuenta con 1,1 millones de usuarios en España.
María (nombre ficticio), de 34 años, es usuaria de esta página de contactos desde hace un par de años. Casada y con un niño de tres años, explica que los "encuentros sexuales" le reportan equilibrio. "Llevo 10 años con mi marido y llegó un momento en que la relación se hizo muy trivial, sin conversaciones nuevas, sin ambientes diferentes... Echaba de menos sentirme guapa y especial y mantener mi infidelidad en secreto es lo que me da equilibrio, me reecuentro con mi yo joven", cuenta en conversación telefónica con El Huffington Post.
No se plantea separarse porque "todavía" quiere a su marido, aunque sus relaciones sexuales son "esporádicas". "No voy a echar mi vida por la borda. Es infantil pensar que una persona te puede dar todo lo que necesitas durante toda tu vida", añade.
EL CÓCTEL DEL AMOR
"Nosotros no hemos inventado la infidelidad, solo aseguramos que se haga de una manera discreta y segura. La pareja monógama para toda la vida era posible hace 100 años cuando la esperanza de vida era de 50 años. Que una persona te satisfaga sexualmente durante 70 años... es una utopía", cuenta Christoph Kraemer, director de comunicación de Ashley Madison.
Más allá de las percepciones de Kraemer, está la ciencia. Según la 'Teoría del amor caduco' de la psicóloga Cindy Hazan, el responsable de Ashley Madison no va desencaminado. "Estamos programados para estar enamorados el tiempo suficiente para procrear, unos tres años. Después el cóctel del amor, formado por la dopamina y la testosterona (entre otras sustancias) se volatiliza", explica el neuropsicólogo Raúl Espert basándose en esta teoría.
¿Qué sucede cuando nos enamoramos y estalla la pasión? Según varios estudios realizados mediante resonancias magnéticas, durante los primeros 100 días de relación se activa el núcleo caudado, una región del cerebro "muy primitiva" que provoca hiperactividad. Durante ese periodo, no existe nada más allá de la pareja. Además, la corteza prefrontal, parte del cerebro encargada de la previsión y la planificación, deja de funcionar. "Es el mundo perfecto: idealizas a tu pareja y la ves perfecta. Se hace el amor con mucha frecuencia", argumenta Espert.
Pero pasados 300 días, y según muestran las resonancias magnéticas, el núcleo caudado aparece inactivo de nuevo y la hiperactividad desaparece. "Sólo un 5% de las especies son monógamas. Nuestro cerebro no está programado para ello", aclara el neuropsicólogo.
SE APAGA EL SEXO
Según el cuestionario PLC (Passionate Love Scale), que mide el enamoramiento de 0 a 135 puntos, los niveles bajan un 50% después de los primeros 300 días. "Por mucho que nos empeñemos en decir que sentimos la misma pasión, nuestro cerebro habla por nosotros", opina Espert. Entonces, ¿por qué la media de duración de la pasión se sitúa en 900 días? A partir de los 300 días, la segregación de dopamina se sustituye por otras sustancias que están más relacionadas con la confianza y la estabilidad. "Ya no es el sexo loco del principio; empieza a surgir un amor más intelectual".
La infidelidad en las mujeres se da en mayor medida durante los periodos preovulatorios, momento en el que suben los niveles de testosterona (hormona del deseo). En el caso de los hombres, según explica Espert, se da el 'efecto Coolidge'. Se conoce así por un viaje que realizó el presidente de EEUU John Calvin Coolidge a una granja. "Coolidge observó que cuando dejaban a un gallo con una gallina éste solo se apareaba una vez, no repetía. Sin embargo, al dejarlo en el corral con muchas gallinas, se las tiraba a todas", señala.
"El hombre siente la necesidad de dar salida a entre 500 y 800 millones de espermatozoides. También se conoce como el gen egoísta", prosigue Espert, profesor del curso 'Psicobiología del amor y el sexo: una visión poco romántica de Cupido'. Ejemplo de ello es un estudio que revela que cuando los hombres firman el divorcio los niveles de testosterona suben rápidamente o que durante el embarazo de la mujer a los varones les baja el nivel de testosterona y les sube la oxitocina (hormona de la confianza y del vínculo), expone.
LOS FIELES POR GENÉTICA
Hay quienes tienen múltiples receptores de oxitocina (hormona de la confianza) y de vasopresina (conocida como hormona de la monogamia). Esos casos suelen coincidir con las personas más fieles. "Hay muchas personas de 60 y 70 años que aseguran estar igual de enamoradas que el primer día y un estudio realizado con resonancia magnética demostró que es cierto y siguen teniendo activas ciertas zonas del cerebro. Eso sí; sólo son entre un 3 y un 5% de la población", expone Espert.
¿Cuál es la clave para mantener la llama de la pasión más allá de las cuestiones genéticas? Que cada miembro de la pareja viva en su casa y mantenga su independencia económica, sugiere el experto. "Las dos principales causas de que las parejas no se separen y sean infieles son los hijos y el dinero".
LA INFIDELIDAD COMO ALGO POSITIVO
Para la sex coach y autora de Tu sexo es tuyo, Sylvia de Béjar, muchas veces las parejas salen reforzadas después de un episodio de infidelidad, ya que afrontan problemas que de otra manera no se habrían atrevido a tratar. "Al probar otras cosas salen de la monotonía y se redescubren. Para que haya morbo entre dos personas son necesarios tres factores: la novedad, el misterio y lo prohibido. A veces el paso del tiempo nos aleja de estas claves".
El autor del bestseller de The New York TimesEn principio era el sexo, Christopher Ryan, insiste en que la monogamia es antinatural en nuestra especie. "No hay nada reprochable en elegir ser monógamo, pero es como elegir ser vegetariano: será difícil porque está en nuestra naturaleza comer carne, justo como está en nuestra naturaleza sentirse atraído por diferentes personas".
"Como nuestros más cercanos antepasados, los chimpancés y los bonobos, el Homo Sapiens evolucionó como una especie promiscua. Esta es su esencia", defiende Ryan.
Si ya llevas 900 días con tu pareja y sigues enamorado, enhorabuena. Pero cuidado: la llama se puede apagar.