Mariló Montero, sobre su entrevista a Anne Igartiburu: "Confundí intensidad con agresividad"
Cinco días después de su polémica entrevista a Anne Igartiburu, su compañera de TVE1, Mariló Montero ha reconocido en un artículo en El Diario de Sevilla que se confundió. "Necesito confesar mi pecado: confundir intensidad con agresividad y trasladar a una entrevista pública términos y expresiones sólo entendibles en una conversación privada", asegura.
Montero comienza diciendo que "asume el morbo" que provocó su entrevista y que "acepta" las críticas que se le han hecho. "Me cuesta más trabajo aceptar otro tipo de falsas e injuriosas insinuaciones sobre mi intimidad. Pero comprendo que soy un personaje público y estoy expuesta a todo tipo de miradas", afirma.
"Necesito reafirmar con este artículo algunos de mis principios éticos: como profesional de la comunicación, defenderé siempre que los errores sean reconocidos, que los ataques injustos a las personas y a su fama deben ser reparados y que la rectificación es un derecho de los perjudicados, y no un privilegio del comunicador", recalca.
"Reconozco ante quienes me honran con su lectura habitual que el tono de mi conversación con Anne ha sido un error; error de un día; de unos minutos de un día", continúa. Subraya, además, que siente "admiración por su trabajo diario y enorme respeto a su trayectoria profesional".
"Me exijo a mí misma el reconocimiento de que expresé una agresividad que no se corresponde con mi talante (quienes me conocen lo saben), ni con los méritos profesionales de Anne. Por esa razón, inmediatamente después del programa la llamé por iniciativa propia y necesidad personal. Y no le pedí disculpas. Le pedí perdón, porque es más justo que pedir disculpas", explica.