'Mamá, dame dinero para chuches': de los cinco duros al euro para caramelos
Fue Rajoy quien primero llamó la atención sobre las chucherías con su inefable frase pronunciada durante un mitin celebrado en septiembre de 2009 en Dos Hermanas (Sevilla). El por entonces líder de la oposición se quejaba de la subida del IVA avanzada por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ese mismo mes y prevista para mayo de 2010. En ese discurso pronunció una frase que pocos han olvidado:
Los chuches, en referencia a las chucherías, caramelos, golosinas o dulces tienen mil nombres, formas y sabores, pero realmente se sabe muy poco de ellas. ¿Son ciertas las ideas preconcebidas que existen sobre este producto? ¿Cómo ha cambiado el mercado desde la época en la que, con 25 pesetas, un niño se atiborraba a dulces?
Las chucherías siguen siendo prácticamente las mismas que hace veinte años. Cada vez hay más variedad, pero los clásicos son los que siguen enganchando. Los chicles sin azúcar son los líderes indiscutibles: suponen un 39% del mercado en 2010. Le siguen los caramelos infantiles (golosinas), ocupando un 33% del mercado, el llamado caramelo adulto o duro (26%) y los chicles con azúcar, con apenas un 3%. "Moras, plátanos, fresas… Todo ese tipo de golosina blanda funciona siempre muy bien", explica Florencio Monge, dueño de la tienda de dulces Antojos, en Madrid, con 15 años de experiencia a sus espaldas . "Desde hace unos pocos años nos llegan golosinas rellenas, y también han sido muy bien aceptadas", comenta.
"Los niños suelen fijarse en productos que también sean juguetes, como los collares o los relojes de pastillas de caramelo, y también todo lo que tenga formas: animales, chupetes, dentaduras…", describe Arantxa Cobo, encargada de una de las tiendas de dulces de la cadena Albalú en Santander (Cantabria). En cuanto a sabores, desde hace dos años triunfan el melón y la sandía. "Pero es una moda que cambia cada dos o tres años", añade Luis Carlos, delegado en la zona norte de Gonvador, empresa distribuidora de chocolates, caramelos y frutos secos.
LOS ADULTOS, LOS MÁS GOLOSOS
El consumo en España supera los 45 euros anuales por persona, según un estudio elaborado en 2009 por Mercasa, empresa estatal que canaliza el comercio mayorista de alimentos. Y es cosa de adultos. Al contrario de lo que se piensa, los mayores consumos se producen en hogares con hijos adultos, parejas y amas de casas a partir de 44 años. "Un niño entra con un euro en la tienda, pero un adulto llena la bolsa y no mira tanto el dinero", explica Cobo.
Oomuombo, empresa vanguardista sueca dentro del mundo del caramelo, dirige su eslogan directamente a un público adulto: "Good sweets for big children" (Dulces buenos para niños grandes).
No se compra igual en el norte y en el sur de España. En el sur predomina la venta por piezas sueltas, mientras que en el norte se compra al peso, según explica Luis Carlos. Además, tampoco se compra el mismo producto: si eres andaluz, probablemente no comas mucho pica pica, ya que en el sur no se vende apenas ningún dulce recubierto de azúcar ácida. "No se distribuyen apenas por el calor", comenta Luis Carlos. "Se quedan muy pegajosas y no gustan", explica.
CHUCHERÍAS SALUDABLES
Siempre se ha dicho que las chuches son malas porque aportan pocos nutrientes y muchos aditivos perjudiciales para la salud. Por eso, la tendencia hoy en día es apostar por lo sano. Todas las fuentes consultadas destacan la importancia que están cobrando los dulces sin gluten, ya que cada vez se demandan más. La fábrica de caramelos Migueláñez cuenta con productos hechos con zumo concentrado de frutas, e incluso posee alimentos marcados con el símbolo halal para marcar aquellos que son aptos para el consumo por parte de musulmanes.
Oomuombo afirma que sus golosinas están libres de grasas trans (perjudiciales porque elevan el colesterol malo), colorantes artificiales y manipulación genética. Además, cuenta con un etiquetado específico para diferenciar qué productos llevan componentes alergénicos como soja, gluten, avellanas y lactosa.
El empaquetado es fundamental para lograr que un producto triunfe en el mercado. Para Migueláñez es un reto porque el listón está muy alto, según admite Mario Migueláñez, director general de la empresa. "Desde siempre hemos intentado que todos los envases sean reutilizables o tengan una segunda función, que aporten un valor añadido para el consumidor, como juguetes con chuches, o formatos que se puedan utilizar como táper para calentar la comida, explica.
Es una tendencia que Arantxa Cobo ha observado. "Cuando se detecta que un producto no funciona bien, se cambia el formato antes de retirarlo definitivamente del mercado".
EL PEQUEÑO COMERCIO SE AHOGA
El tipo de establecimiento donde se venden chucherías ha variado mucho debido a la entrada de las grandes superficies en el negocio y al aumento de las tiendas de alimentación de todo a cien. "Los chinos son los que más han perjudicado, y lo peor es que ofrecen golosinas duras y sin calidad, no vigilan que se mantengan frescas", se queja Monge.
Luis Carlos coincide con Monge y detalla que en su tienda de Torrelavega (Cantabria) la facturación ha bajado considerablemente. "La caja un día normal suele rondar los 300 euros, y 500 si es fin de semana. Hace cinco años facturábamos un 35% más", lamenta. Los supermercados de más de 1.000 m2 son, sin embargo, los que acaparan las mayores ventas, con un 28% del total, según Mercasa. Tras ellos están los hipermercados (26,2%) y los supermercados medianos, con el 16,4%.
LA CRISIS NO PERDONA
La crisis no ha perdonado tampoco a este sector. Se consume menos, se produce menos y se exporta menos. Tras registrar un descenso en el consumo del 3,2% en 2009, hasta los 610 millones de euros, el mercado de golosinas se estancó en 2010.
La producción alcanzó un valor de 823 millones de euros en 2010, con un descenso de un 1,7% respecto al año anterior, fundamentalmente por la caída del consumo. Exportamos sobre todo a Portugal, Francia y Alemania, pero cada vez menos: las empresas españolas facturaron 289 millones, un 0,7% menos que en 2009. Y sin embargo, las importaciones aumentaron un 18,8%, hasta los 76 millones de euros, según datos de la consultora DBK.
La reciente subida del IVA aprobada por el Gobierno a partir de septiembre afectará a los caramelos: pasarán del 8% al 10%. Es complicado aplicar esta subida, ya que es las chucherías que valen cinco céntimos no pueden costar más porque un céntimo no puede fraccionarse. La solución a la que suele recurrir el sector en ocasiones similares es la fabricación de unidades más pequeñas, explican desde Migueláñez.
La subida del IVA de Zapatero y ahora la de Rajoy han mandado al olvido la frase más pronunciada durante la infancia de muchos. Quienes ronden la treintena recordarán con cariño la moneda de 25 pesetas, o la gorda de 100 en los mejores casos, que los abuelos daban para ir al kiosko. Después hubo que apuntarse al redondeo y cambiar el discurso con un "Mamá, dame un euro para chuches". Ahora, niños y adultos, solo pueden satisfacer su debilidad por el azúcar con caramelos más pequeñitos o más caros, posiblemente más saludables que hace 20 años. Eso sí, siempre que siga llegando un sueldo a casa.